La atracción de las élites españolas por la pintura...

Fecha: Desde el 21/01/2023 hasta el 18/02/2023
Días de vigencia: 21/01/2023, 28/01/2023, 11/02/2023, 18/02/2023
Horario: 18.30 h.
Sede: MUSEO NACIONAL DEL PRADO
Lugar: Madrid (MADRID)
Categoría: Conferencias y Mesas redondas 
Institución organizadora: Museo Nacional del Prado

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Ciclo de conferencias 'Flamencos de labrar limpio". La atracción de las élites españolas por la pintura neerlandesa temprana'.

Sábados 21 y 28 de enero, 11 y 18 de febrero de 2023 a las 18.30 h. Auditorio.

El novedoso impulso estético y cultural que supuso el arte desarrollado en los Países Bajos a comienzos del siglo XV, a través de artistas como el Maestro de Flémalle, Jan van Eyck y Rogier van der Weyden, tuvo una tempranísima aceptación en España, donde se documentan relevantes ejemplos desde muy pronto. Los últimos reyes de Castilla y de Aragón poseyeron relevantes ejemplos del quehacer artístico, fruto de la admiración que despertaban las delicadas creaciones realizadas en los territorios gobernados por los duques de Borgoña, cuya corte se convirtió en un el gran ejemplo de sofisticación y exquisitez artística, admirada y emulada en toda Europa.

En los albores del siglo XVI, con la unión dinástica de las casas Trastámara, Borgoña y Habsburgo plenamente consolidada, los monarcas que gobernaban en España lo hacían también en los Países Bajos. Las relaciones entre los dos territorios se intensificaron, lo que supuso un impulso para la recepción de estas creaciones en nuestro país, ya fuera por herencias, adquisiciones, o mera emulación del esplendor borgoñón, coincidiendo con el descubrimiento de ese arte para el mundo intelectual renacentista. La pintura neerlandesa, a la que se incorporaron a lo largo del siglo XVI otros artistas como El Bosco, Patinir, Gossaert, Van Orley y, más tarde, Michel Coxcie y Antonio Moro, fue fuertemente admirada por su colorido, el gusto por la realidad naturalista, a la vez que por su carga simbólica y por la intensa capacidad para mover a devoción. Pero por encima de todo eran estimados por su pulcritud técnica, siendo incluso mencionados por teóricos del arte como Francisco de Holanda a referirse a estos artistas como “aquellos flamencos de labrar limpio”.

El interés de los monarcas hispanos, especialmente Felipe II, por este novedoso arte, estuvo a menudo auspiciada no solo por el mecenazgo de sus familiares en los Países Bajos –Margarita de Austria y María de Borgoña especialmente–, sino también por el descubrimiento que del Ars Nova hicieron aquellos miembros de las élites políticas y culturales hispanas que por unas causas u otras se trasladaron a los Países Bajos y tuvieron acceso de primera mano a la renovación estética en auge. Miembros de la nobleza, intelectuales, clérigos o servidores de la administración, se convirtieron en verdaderos mecenas de artistas nórdicos y en coleccionistas de sus obras, siendo figuras clave en la recepción de la pintura neerlandesa antigua en nuestro país, incluso hasta bien entrado el reinado de Felipe IV, cuando los intereses coleccionistas iban ya por otros derroteros.

Destinatarios: estudiantes universitarios, investigadores, profesionales y público general.

Dirección: José Juan Pérez Preciado.

Organización: Centro de Estudios del Museo del Prado.

 

PROGRAMA

 

- 21 de enero, 18.30 h. La colección de los Guevara: Van Eyck, El Bosco y Patinir, por ELENA VAZQUEZ DUEÑAS (Universidad Complutense de Madrid).

La presente conferencia nos acerca a una familia de origen español con un fuerte vínculo con Flandes: los Guevara. En Bruselas, pasó la mayor parte de su vida Diego (c. 1450-1520), cuyo palacio repleto de objetos artísticos se encontraba en el barrio del Sablon. Fue embajador de Felipe el Hermoso y Margarita de Austria, pero también atesoró una gran colección de pinturas, entre las cuales se encontraba el Matrimonio Arnolfini de Van Eyck. Su hijo ilegítimo, Felipe (c. 1510-1563), nació en Bruselas, pero pasó la mayor parte de su vida en Madrid. Sirvió a Carlos V y Felipe II como gentilhombre de boca, pero sus intereses se centraron más en el estudio de la Antigüedad clásica, lo que le llevó a poseer una importante colección de monedas antiguas y a escribir un tratado numismático. Coleccionó también pinturas, algunas heredadas de su padre, entre las cuales se encontraban algunas de Patinir y El Bosco, como una copia del Carro de heno y otra versión distinta de la Extracción de la piedra de la locura que se conserva en el Museo del Prado. Hacia 1560, al final de su vida, escribió el Comentario de la pintura y pintores antiguos, que ofrecía una descripción de las distintas técnicas y géneros artísticos de la Antigüedad. Pero lo más significativo es que en medio de este discurso clásico y de un listado de pintores antiguos incluye un comentario sobre la obra de El Bosco, que fue una de las primeras interpretaciones sobre la obra de este pintor en España.

 

- 28 de enero, 18.30 h. Pinturas y pintores flamencos en la colección de Mencía de Mendoza: De Jerónimo el Bosco a Jan Cornelisz Vermeyen, por NOELIA GARCÍA PÉREZ (Universidad de Murcia).

Mencía de Mendoza, segunda marquesa del Zenete, formó a lo largo de su vida una de las colecciones artísticas más importantes del Renacimiento español, y, sin duda, una de las más destacadas del contexto europeo. Superior en número de obras, especialmente pinturas, a muchas de sus contemporáneas y similar en la calidad de las piezas, el conjunto de obras de arte que llegó a reunir bajo su patronazgo posee un valor absoluto independiente de su condición femenina o razón social que la erige como precursora de las grandes colecciones del siglo XVII. El origen y desarrollo de esta colección evoluciona guiado por los avatares biográficos de su propietaria. Así, los primeros contactos de Mencía con el arte y la cultura de los Países Bajos surgen como consecuencia de su matrimonio con Enrique III de Nassau y su posterior traslado a Breda en el año 1530, donde residirá hasta 1539. El Conde de Nassau era un gran coleccionista y entre sus posesiones albergaba piezas tan valoradas como el Jardín de las delicias. La contemplación de esta y otras obras de estilo flamenco, reunidas por Enrique, dejaron una huella importante en la joven marquesa que se iniciaba entonces en el ejercicio de la promoción artística, ejerciendo una poderosa influencia en la formación de un gusto muy definido que mantendría vigente toda su vida.

 

- 11 de febrero, 18.30 h. Arte en el gobierno del III duque de Alba en Flandes: usos y funciones, por EDUARDO M. BAUDOT (doctorando en la Universidad Autónoma de Madrid).

El III duque de Alba ocupó el cargo de gobernador de los Países Bajos entre los años de 1567 y 1573. Durante ese convulso marco temporal (en medio de una rebelión militar política y religiosa), el duque de Alba no solo dedicó su tiempo a guerrear: la gestión y administración del territorio ocupó gran parte de sus esfuerzos. Consciente de la utilidad política y propagandística de la cultura visual, Alba (en ocasiones con colaboradores e ideólogos) encargó una serie de comisiones artísticas destinadas a exhibir su supremacía y preeminencia en esos territorios, además de expropiar otras tantas obras de arte a distintos rebeldes. La charla tendrá como objetivo reflexionar sobre los distintos usos y funciones que tenían las representaciones visuales para el III duque de Alba. Además, se conjeturará sobre la supuesta ortodoxia religiosa del III duque de Alba mediante el análisis de ciertas obras y encargos pertenecientes a su estancia en Flandes.

 

- 18 de febrero, 18.30 h. El marqués de Leganés y el interés por la pintura neerlandesa temprana en la corte madrileña, por JOSÉ JUAN PÉREZ PRECIADO (Museo Nacional del Prado).

En el siglo XVII, con la eclosión de la pintura barroca flamenca encarnada en la omnipresente figura de Pedro Pablo Rubens, los intereses de las élites españolas hacia la pintura realizada en los Países Bajos evolucionó hacia otros parámetros. Surgieron los géneros pictóricos, como el paisaje, la pintura de género, los bodegones, etc, donde destacaron otros artistas, cuyas creaciones fueron igualmente ambicionadas por los aficionados al arte. Ello hizo que el interés y conocimiento de los artistas de los siglos anteriores se fuera diluyendo. Sus nombres fueron progresivamente olvidados, desapareciendo de los inventarios, hasta el punto de que artistas como Rogier van der Weyden o Jan van Eyck, apenas son mencionados en las fuentes y la documentación. Sin embargo relevantes aficionados al arte de los Países Bajos y que habían residido allí mantendrán viva la llama del conocimiento de la pintura neerlandesa temprana. El marqués de Leganés, por ejemplo, poseyó un nutrido grupo de obras de artistas como Van der Weyden, Van Eyck, Jan Gossaert, Joachim Patinir, El Bosco, y especialmente Quentin Metsys, que en ese momento se tenía como el punto de contacto entre la pintura flamenca antigua y la más moderna. Su colección destaca no solo por la posesión de obras de tales pintores, sino por el perfecto conocimiento de sus personalidades artísticas, en un momento en el cual todo el arte nórdico se iría adscribiendo, por desinterés, a artistas como Durero o Lucas de Leyden, probablemente debido el fuerte impacto de sus estampas.

 

Las entradas, que son gratuitas hasta completar el aforo, estarán disponibles en las taquillas desde las 18.00 h. de cada jornada.

 
Contacto: centro.estudios@museodelprado.es

 

Más información: cutt.ly/52z5sX6

 

Etiquetas: pintura, arte Exportar: Exportar
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